La localización de la anomalía reside en una total activación del Mal de Copgras, con objeto de evitar aceptar una Ceguera del Movimiento (pues el sujeto permanecíó estático todo el tiempo). Y así, el individuo tan de madera y la paciente/doctora tan xilofágica (o tú tan juego y yo tan lodópata), se acoge a una Neglicencia Hemiesférica, que la susodicha designa ''la del lado bueno''. O la de ver lo que le interesa. O la de la única forma de sufrir amok
En consecuencia, a la propia doctora, que es paciente en todos los aspectos, se le supone el Síndrome de Munchausen, como expresión para recibir los cuidados y el enamoramiento manoseado del individuo. Podría haber sido útil.
No obstante, se estima suficiente el proyecto de Síndrome de Manos Ajenas, aplicado al entendimiento del ajuste de cuentas, entre mano izquierda y mano derecha (o entre razón y corazón), derivable en un mero estrés postraumático.
El amor destroza las venas del cerebro
http://www.youtube.com/watch?v=Sw4YVvcxxn4
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